Me gustaría hablar extensivamente de Joulukka, pero no puedo. Me encantaría poder describir como es Joulukka, pero no puedo. Quisiera relatar en este Blog los secretos que esconde, pero tampoco puedo.
Y no puedo porque mi conciencia me lo impide, porque delatar la magia de Joulukka, para mi, seria un pecado. Y no un pecado de esos bíblicos, sino un pecado porque mi relato podría romper el sueño de esos locos bajitos que inocentes creen todo lo que les contamos. Un relato que aquí en Laponia se hace realidad, envolviendo el engaño con los mejores paños y las mejores actuaciones que jamás he podido presenciar. Un engaño tan real y tan fantástico que descubrirlo desde mi maravillosa experiencia podría frenar la emoción que a todas las madres y padres, casi sin querer, les brota de los ojos al vivir en primer plano y ver que sus hijos son absorbidos por ese sueño que en Joulukka se representa con toda la veracidad que un adulto pueda imaginar.
OPORTUNIDAD DE OBSERVAR
Muchas veces he tenido la oportunidad de visitar Joulukka y siempre observo y pruebo a ponerme en la piel de las niñas y niños que lo visitan. Aunque dudo que pueda, seguramente por mi avanzada edad, pero imagino el hecho de que los niños puedan creer en personajes que se antojan muy lejanos y descubrir los secretos que tantas preguntas originan: ¿Como sabe Papá Noel si me he portado bien o mal? ¿Como puede repartir los regalos en una noche? y los Elfos ¿quienes son? ¿son tan viejos y juguetones como dicen?…
En una ocasión, una mujer tan mayor que bien podría ser abuela, estando en Joulukka me contó lo bien que lo había pasado y que aun conociendo el engaño se emocionó de tal manera que sus recuerdos regresaron a esos años donde apenas alcanzaba el metro veinte.
RECUERDOS DE JOULUKKA
Recuerdos de Joulukka tengo muchos y en mi caso se deben a la observación de las personas, todas ellas singulares, que visitan este lugar. Se me antoja que cada una lo vive y lo interpreta a su manera. Se me antoja que ninguna olvidará la experiencia.
Recuerdo cuando era más pequeño, el espacio tiempo, lo que duraba un día entero, se me hacia larguísimo. Entonces si esto todavía es así para los niños, viajar a Laponia tiene que ser una de las mayores aventuras de su vida, sino la mayor. Me encantaría ver a través de sus ojos el espectacular paisaje de Laponia en invierno. Viajar en autocar por esas carreteras heladas envueltas entre frondosos bosques con arboles nevados con la ilusión y la intriga a flor de piel hasta llegar a Joulukka: ese lugar mágico que muchos dicen conocer. Ese lugar donde los secretos no se cuentan, pero se pueden compartir.
FELIZ AÑO NUEVO 2018 !! 🙂