Aurora Boreal en Saariselkä (por Antonio Ontangas)

Desde hace mucho tiempo uno de mis sueños a sido ver y fotografiar la Aurora Boreal. A finales del pasado año, coincidiendo con un posible pico de la actividad solar, me decidí a preparar un viaje para intentar cumplir ese sueño. Lo primero fue buscar una localización, había leído sobre la Laponia finlandesa, quizás uno de los destinos más cercanos y asequibles. Buscando información apareció la localidad de Saariselkä, unos compañeros de la Agrupación Astronómica de Sabadell efectuaron el viaje en marzo de 2012 a esta localidad, hablaron muy bien de ella y consiguieron ver las auroras. Ya tenía la localización, ahora faltaba preparar el resto del viaje. Buscando información apareció este blog, fue una maravilla, gracias a él pude recopilar toda la información que necesitaba para prepararlo. Las proximidades al equinoccio de primavera son buenas fechas para ver la Aurora y el clima en la zona acompaña, el mes ya estaba decidido, Marzo. Faltaba la semana de marzo, me decanté por la ausencia de Luna con lo que me quedé con el intervalo del 7 al 12 de Marzo. Luego me enteré que en la semana siguiente, en concreto el día 18, hubo una Aurora espectacular, pero hay que resignarse porque no hay manera de predecirlo con tanto tiempo. A finales de diciembre ya tenía los vuelos, uno a Helsinki y otro a Ivalo, una estancia de una noche en Helsinki y otra de cuatro noches en Saariselkä. La actividad entorno a la Aurora es nocturna con lo que tuve que buscar actividades para el día. En este blog pude encontrarlas y contratarlas con Safari Lapland a través de Julián Amorrich y su empresa (ViaNorth), a quien agradezco toda la ayuda que me ha prestado para la organización de este viaje.

Llegó el día de la partida y salimos desde Barcelona a Helsinki, llegamos allí a primera hora de la tarde y dimos una vuelta por el centro hasta el anochecer. Esa noche ya empezamos a notar en nuestras carnes el frío del país, con temperaturas, que rondaban los -5 ºC, con un viento que debía dar una sensación de frío por debajo de los -10 ºC. A la mañana siguiente, antes de coger el avión a Ivalo, decidimos dar otro paseo por la ciudad para ve de día lo que vimos la noche anterior. Nos llamó la atención ver parte del mar helado. Y hay que decir que la parte del centro que pudimos ver nos encantó.

Ya en el avión hacia Ivalo era impresionante ver todo el paisaje cubierto de nieve y hielo, ya que en nuestra latiud no es tan común ver esas grandes extensiones blancas. Más impresionante la llegada a Ivalo, un aeropuerto pequeño y todo cubierto de nieve y además nevando débilmente. Cogimos el autobús y nos dirigimos a Saariselkä, un pueblo turístico muy tranquilo y acogedor a pesar de estar en plena temporada. Dejamos el equipaje en el hotel y nos dirigimos a buscar la ropa de las actividades para poder pasar la noche a bajas temperaturas.

Al anochecer y una vez bien equipados con la ropa apropiada, fuimos a la pista cercana de pulkas, ya un poco alejada del núcleo urbano, para intentar ver las auroras. Decidimos subir por la pista y al cabo de un rato empezo a aparecer la ansiada y esperada Aurora. Rápidamente preparé trípodes y cámaras y empecé a tomar imágenes y secuencias de timelapse. No era una Aurora muy intensa pero se apreciaba perfectamente el movimiento ondulado y la variedad de formas que iban adquiriendo. Fue una maravilla, se vio cumplido un sueño y me sentí muy afortunado por conseguir verlas en la primera noche, aún quedaban tres noches y más afortunado aún, teniendo en cuenta que hay gente que ha subido varias ocasiones y no ha conseguido verlas. Esa misma noche coincidimos varios españoles y disfrutamos juntos de tan maravilloso espectáculo.

La noche siguiente fue más decepcionante, aparecieron las temidas nubes. También hubo una Aurora Boreal, pero débil entre las nubes, aún así alguna secuencia pude tomar.

Las actividades durante el día una maravilla, motos de nieve, trineo de huskies, trineo de renos y paseo con raquetas de nieve. Todo ello por unos paisajes de ensueño y con una atención por parte de los monitores inmejorable. Como no, también tirarse por la super pista  de trineos de 1.200 metros de longitud, simplemente alucinante.

La tercera noche fue el no va más, fue espectacular, una noche totalmente despejada de nubes, sin Luna y con un magnífico cielo estrellado y con la omnipresencia de la Aurora. en algunos momentos llegaron a cubrir más de la mitad del cielo. Un espectáculo que creo que todos por lo menos una vez en la vida deberíamos intentar disfrutar de él. Gran parte de las secuencias del vídeo están tomadas esa noche. Hubo momentos en los que se me puso carne de gallina, y no precisamente del frío, si no de la emoción de ver un sueño cumplido.

Respecto al frío tengo que decir que si se va bien equipado no se pasa, hay que ser prudente, como con todo y si uno lo es, no ha de haber problemas.

Respecto al equipo de fotografía, las baterías duraron más de lo que esperaba, con una de repuesto fue suficiente y no siempre tuve que cambiarla. el problema fue el hielo que se formaba sobre la superficie de los objetivos, sobre todo sobre el Zuiko de 28 mm. una de las  secuencias se perdió porque se me cubrió de hielo el objetivo, por suerte fue la primera y última ya que a partir de entonces estuve pendiente de ir limpiando el hielo y alternar los objetivos.

Respecto a los objetivos y cámaras, se comportaron bien a temperaturas que oscilaron entre -15 ºC y -20ºC , los trípodes se me engarrotaban por el hielo y luego me costaba cerrarlos. Uno de los intervalómetros no funcionó bien y los hice funcionar como disparador manual con modo de disparo continuo en la cámara. Las tarjetas de memoria no dieron ningún problema. La primera noche no protegí las cámaras, en las siguientes, sólo hice servir una y la protegía con una funda para lluvia,lo que evitaba que se cubriese de hielo.

La mayoría de imágenes las tomé a ISO 1600 con apertura de 2.8 de diafragma y con exposiciones de 10 a 15 seg. Las secuencias de time lapse también y todas ellas en RAW, para poder hacer las correcciones, sobre todo, de balance de blancos.

La última noche parecía prometedora, igual que la anterior, despejada y estrellada, pero las auroras fueron muy pequeñas y débiles, salían en la cámara, pero a simple vista apenas se veían. Aproveché para fotografiar el espectacular cielo estrellado. en el vídeo aparece alguna secuencia del cielo estrellado de esa noche.

Al día siguiente emprendimos el retorno a Barcelona. Había sido una experiencia inolvidable, no sólo por la Aurora Boreal, si no que también por Laponia en sí, todo fue maravilloso, la gente, el paisaje, las actividades, hasta el frío. Un viaje que recomiendo a todo el mundo que tenga la posibilidad de realizar.