Las leyendas y los mitos de la Aurora Boreal en Laponia se conocen desde tiempos ancestrales. Durante siglos en Laponia, igual que en todo el Ártico, las personas han interpretado este fenómeno de diferentes maneras, pero no fue hasta principios del siglo XX que la ciencia, despues de muchos estudios y años de investigación, empezó a entender el porque de este complejo fenómeno provocado por el Sol.
Anterior al descubrimiento científico del verdadero origen y causa de la Aurora Boreal, el ser humano trataba de comprender lo que a su entender percibía en su siempre extraordinaria e inmensa imaginación, sobre todo cuando desconoce el origen o los motivos de algo que le sorprende y/o asusta.
La que pueda ser la primera descripción de la Aurora Boreal se debe al explorador griego Piteas (350 AC), pero los relatos originales se perdieron y todo lo que sabemos de Piteas es a través de otros autores. También Séneca (4 AC – 65 DC) escribe acerca de la Aurora Boreal en su libro Naturales quaestiones, libro basado en su mayoría de narraciones y testimonios de otros pensadores griegos y romanos. En él, Séneca hace varias clasificaciones y describe los múltiples colores de la Aurora Boreal.
En la Biblia también se encuentra un relato, exactamente en el Antiguo Testamento, una curiosa descripción donde el profeta Ezequiel interpreta la visión de la Aurora Boreal como una señal divina. Aunque conociendo la trayectoria literaria de Ezequiel, tal vez este no vio nada que no fuese fruto de su imaginación y en su delirio visionario describió unas luces en el cielo que muchos coinciden en afirmar que se trataba de la Aurora Boreal. Sea esto cierto o no, la pregunta que se me ocurre es: ¿Acaso Ezequiel viajó al Circulo Polar Ártico…? Al parecer no, pero se da la circunstancia, y es posible, que la Aurora Boreal pueda ser vista en latitudes muy bajas, de hecho paso en el año 1938 en parte de España,y evidentemente en el resto de Europa. Algo excepcional que fue registrado por l’Observatori de l’Ebre (Tarragona) y el Observatorio Lalín (Pontevedra).
Fue Galileo Galilei (1564-1642) quien puso nombre a este fenómeno, Aurora en honor a la diosa del alba y Boreal en honor a Bóreas el dios del viento del Norte. Durante siglos la Aurora Boreal a provocado todo tipo de interpretaciones en los pueblos que habitan el Ártico, mitos y creencias que podían ser una señal de fortuna o de adversidad.
LA LEYENDA DEL ZORRO DE FUEGO
En Laponia, para los Sami del Norte la Aurora Boreal se ha considerado como los espíritus de los muertos. Pero sin duda, la leyenda que se ha hecho más popular es la que narra la historia del Zorro de Fuego. Se cuenta que, el Zorro de Fuego es un animal muy arisco que corre por las colinas nevadas batiendo su extraordinaria cola llameante, en su carrera remueve la nieve y entre los arboles frota su piel encendiendo así un fuego que se esparce en el cielo. Cuenta la leyenda que quien atrape al mítico Zorro de Fuego será inmensamente rico y afortunado para siempre.
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