A priori, y no siendo una familia aficionada a los deportes de invierno, pasar unos días en Laponia a 20 grados bajo cero no resulta muy alentador. Crasísimo error de juicio.
La belleza del paisaje es sobrecogedora y la experiencia -con frio incluido y del cual te deshaces siguiendo los oportunos consejos que Julián Amorrich da en su web- es única.
Vamos por partes. Familia con niños (13 y 7).
Alojamiento: las cabañas del Sky Ounasvaara son comodísimas y añaden a la experiencia global del viaje. No es lo mismo despertarte en medio del bosque con metro y medio de nieve, que en la habitación de un hotel. Ni es lo mismo poder darte un baño de nieve tras tomar una maravillosa sauna en la propia cabaña. El único inconveniente es que el transporte público es escaso en la zona y los taxis un poco caros. Alternativa: alquilar un coche.
El crucero en el Sampo, el rompehielos. De las actividades y excursiones esta me dejó absolutamente en trance. El ruido de la navegación en hielo, la sensación de soledad en medio del mar helado sin tierra a la vista, el bajarte del barco a pisar mar helado y bañarte en el Báltico…no os cuento más. Es una experiencia irrepetible y única.
Los safaris y los huskies. El safari en moto de nieve (un poco ruidosas para mi gusto) es otra experiencia única. Sobre todo por la belleza del paisaje que ofrecen los bosques cubiertos de nieve virgen pero también por la velocidad sobre el río helado. El descubrimiento real es la granja de huskies, en donde no sólo condujimos un trineo tirado por ellos sino que aprendimos un poco más sobre la vida de estos hermosos y nerviosos animales. El trato del personal en la granja también fue reseñable por su amabilidad y acogida.
La villa de Santa Claus. Recomendable no sólo para familias con niños en edad de recibir regalos de Papá Noel (o Santa) sino también para revivir al niño pequeño que todos llevamos dentro….y para dejarnos unos buenos euros en comprar unas cuantas chorradas con motivos navideños!! Hasta allí llegamos en autobus público…muy recomendable.
Rovaniemi: tiene su encanto esta pequeña ciudad. No dejéis de visitar Arktikum o la tienda de Marttini.
Resumiendo: BESTIAL. Hermosísimos paisajes y acitividades para todos los gustos y edades. Al menos todos deberíamos visitar Laponia en invierno, una vez en la vida.
(Y porque no le haría yo caso a mi amigo Juan Luis de Viajes Fiesta y haber organizado este viaje hace años!!!)