Lo prometido es deuda, y aquí va nuestra experiencia:
Todo empezó en enero de 2013. Acababa de pasar la Navidad y, en una conversación con Pablo y Martín sobre Papá Noel, los Reyes Magos…. Acabamos prometiendo ir a conocer a Papá Noel… Ya no había vuelta atrás y a mí, que me pierde viajar, se me iluminaron los ojos y me puse a buscar información por internet: vuelos, fechas posibles, destinos, actividades, experiencias de otras personas….
Desde que nació Pablo (6 años) no habíamos hecho un viaje de estos en condiciones. Curiosamente, nuestro último “gran” viaje fue en Julio de 2006, al sur de Finlandia (Helsinki, Turku, Porvoo, Savonlinna, Sol de Medianoche,…) Justo el día antes de partir nos enteramos de que íbamos a ser papás. Pero esa es otra historia.
A lo que vamos. Buscando, buscando por la red, encontramos el blog de Julián. Nos resultó de mucha ayuda, por la gran cantidad de información que ofrece, por las experiencias de otros viajeros y porque, desde el principio, ha resuelto todas y cada una de nuestras dudas.
Por fin, decidimos las fechas (por el trabajo de David no es fácil coger vacaciones fuera de temporada de verano). Y ya, a contratar vuelos con Finnair: Salida 15 de diciembre y vuelta el 19 de diciembre. Y, entre esas dos fechas, muchas actividades que os cuento a continuación:
SÁBADO, 14 DE DICIEMBRE:
AVE Zaragoza- Barcelona (el vuelo del domingo sale muy pronto por la mañana y tenemos que hacer noche allí).
DOMINGO, 15 DE DICIEMBRE:
Madrugamos mucho y cogemos el tren que lleva a la T2 de El Prat. Allí cogemos el bus gratuito a T1, facturamos y…. a las 10:15 sale el vuelo a Helsinki.
Llegada sin problemas a Helsinki. Lo peor, las 5 horas de espera en el aeropuerto para el vuelo a Rovaniemi (pero tienen hasta una zona de juego para los niños). Luego, 1 hora y 20 minutos de vuelo y llegamos por fin. Está nevando!! Y sólo -5ºC!! Julián nos está esperando y en un momento estamos en el Hotel. Directos a nuestra habitación, que está muy bien y… a dormir!! Los peques están agotados. Y nosotros también. Ha sido un largo día, y mañana empezamos con las actividades muy pronto.
LUNES, 16 DE DICIEMBRE:
Nos levantamos a las 8, desayuno buffet y… hoy toca el Safari de Papá Noel. Empezamos con las motos de nieve. Genial, por el río helado. David conduce a la ida y yo lo haré a la vuelta (toda una experiencia). Nieva y está todo helado. Llegamos a la granja de renos y nos está esperando el granjero, que nos cuenta una historia muy graciosa sobre cómo empezó la vida en Laponia, su tatara-tatara-abuelo fue el primero y cuida a los renos de Santa Claus.
Nos tiramos en trineo, damos un pequeño paseo en trineo de renos (esto se queda corto, porque son apenas 10 minutos en un circuito cerrado). Después, tenemos una sorpresa…. Nos está esperando Santa Claus, que ha venido a visitar a los renos. Los niños se han quedado mudos, así que nos hacemos unas fotos y pasamos a un salón donde nos dan de comer… riquísimo (sobre todo, las rosquillas del postre). Nos dan el carnet de conductor de renos, y de vuelta a las oficinas de Lapland Safaris con las motos de nieve. Los peques van en un trineo enganchado a la moto del guía, y les ha encantado, aunque al principio Martín estaba muy nervioso.
Después, nos llevan en bus a la aldea de Papá Noel… esto ha sido muy corto. Mandamos unas postales, hacemos algunas fotos…. Hay que volver otro día más rato, porque no nos ha dado tiempo de ver a Santa (otra opción, nos comentan más tarde, es decirle al guía que nos quedamos y volver en el bus Nº8, pero no lo sabíamos). Nos dan el diploma de cruce del Círculo Polar.
La gente de Lapland Safaris es muy simpática y atenta. Muchas nacionalidades en nuestro grupo y nos atienden a todos.
Ya en Rovaniemi, paseo por Lordi’s Square y alrededores. Cena en “Martina”: pizza para los mayores y salmón para los pequeños. Muy bien y muy llenos. Ufff!!! Atención, porque las raciones son muy grandes.
A las 21:00 nos vienen a buscar. Toca la Aventura de Auroras Boreales: Un viaje de 45 minutos en autobús y llegamos a una granja donde nos esperan con un fuego encendido. Nos ofrecen bebidas calientes y nos cuentan historias sobre Laponia, las Auroras, la cría de renos. No hay suerte, el cielo está muy cubierto… Vuelta a casa tras comer unas salchichas asadas.
MARTES, 17 DE DICIEMBRE:
Hoy el día amanece un poco más frío, y más despejado. Sube una niebla del río…impresionante. Nos viene a buscar Alex para llevarnos al zoo de Ranua. Maravilloso. No hay casi nadie, porque hoy no es el día de la excursión programada,, y hacemos el recorrido muy tranquilos. Nos cuenta un montón de historias. Comemos en el buffet, muy bien, hacemos unas compras y de vuelta a Rovaniemi. Eso sí, antes pasamos por la tienda de chocolates Fazer que nos recomienda… llenamos bien la bolsa.
Esa noche, cenamos en Fransmanni, del hotel Sokos. Genial: la comida y el servicio.
MIÉRCOLES, 18 DE DICIEMBRE:
Hoy hay que madrugar un poco. Toca visita a Joulukka… a disfrutar de la experiencia de la Navidad en Laponia. Indescriptible. Nos viene a buscar una elfa muy puntual. Nos lleva en el micro-bus hasta un lugar escondido en el bosque y allí nos espera otro elfo. Estamos nosotros y otra familia más. Entramos en una cabaña con un fuego en el centro y nos enseñan algunas manualidades para adornar el árbol. Practicamos de lo lindo. A los peques les encantan las manualidades y nos llevamos una buena bolsa de elfos y trolls para colgar en el árbol.
Después, nos damos un paseo por el bosque para buscar un árbol, lo cortamos y lo llevamos a la cabaña, donde lo decoramos a nuestro gusto con todo tipo de adornos y luces… queda genial. A continuación, hacemos unos dulces típicos navideños. Mientras se hornean, nos ofrecen un “porridge” con zumo de bayas. Y, cuando están horneadas… nos comemos las pastas….hhhmmmm!!!!
A la vuelta, muy amablemente, el elfo nos deja en Santa Claus Village, como le hemos pedido. Damos un paseo, visitamos (hoy sí que tenemos tiempo) todas las tiendas y compramos una buena cantidad de recuerdos (y más que hubiésemos cogido)… y entramos a visitar a Santa. Guau!!!! Emocionante!!! El elfo que está a la entrada es muy amable, y tenemos suerte, porque hay muy poca gente. Nos hacemos una foto con Papá Noel. Los peques están alucinados… medio mudos. A la salida nos ofrecen comprar el vídeo, todas las fotos en un pendrive (49 eur) o 1 foto por 25 eur. Elegimos esto último y a la salida nos ponen la foto en una funda muy chula… Es emocionante vernos ahí… Ya hemos decidido en qué habitación de la casa va a estar colgada esa foto.
Y ya, a buscar el bus Nº8 que nos llevará de vuelta a Rovaniemi. Hay que estar atentos, porque se monta un buen mogollón y la gente se cuela que da gusto….
Esta noche vamos a cenar a Nili. Menos mal que, por consejo de Julián, hemos reservado con antelación: Está a tope. Pedimos el Christmas Menu… 46 euros por cabeza, pero está todo delicioso. Un sobresaliente de sitio.
JUEVES, 19 DE DICIEMBRE:
Es nuestro último día y nos toca madrugar. Tenemos actividad antes de coger el avión y hay que dejar el hotel antes. Dejamos las maletas en la consigna del hotel y allá que nos vamos…. Husky Safari!!!
Llegamos con el bus a la granja y los ladridos son ensordecedores… los perros están nerviosos. Nos explican cómo manejar el trineo y allá que vamos. Los peques van en otro trineo, con el guía. A Martín le cuesta un poco, porque le da miedo tanto ladrido. David conduce a la ida y yo finalmente me animo a la vuelta. Sin palabras. Es alucinante. Un buen paseo (10-12 km, más o menos 1 hora). A la vuelta nos ofrecen un zumo caliente de bayas y unas galletas, y nos explican un poco cómo cuidan a los perros. Damos una vuelta, los acariciamos y ya, de vuelta a Lapland Safaris. Dejamos todo el material que nos prestaron el primer día: monos térmicos, botas,…. Y al hotel a recoger las cosas.
Nos vamos, con mucho dolor de corazón (y casi alguna lagrimilla de Pablo), pero muy contentos. Nos hubiésemos quedado más tiempo… Lástima no haber podido ver las Auroras Boreales. Y yo recomendaría un Safari de renos aparte del otro, porque se hizo un poco corto…. Quizás estas cosas la próxima vez…. Nos quedan muchas ganas de repetir.
Finalmente, agradecer a Julián todo, porque he de reconocer que le volví bastante loco, sobre todo al final, con cambios de última hora en las actividades. Resaltar la profesionalidad de Lapland Safaris y la amabilidad de todo el mundo en general en Laponia.
Es un viaje recomendable para todos: pequeños y mayores.
Lo siento si me he extendido mucho, pero no quería dajar ningún detalle.