Acabamos de volver de 11 días por tierras (e hielos) de Finlandia, y nos hemos quedado con ganas de más.
Gracias a Julián por ayudarnos con recomendaciones y sólo podemos hablar estupendamente de Lapland Safaris. Fueron siempre muy amables, te lo explican todo muy bien, te dan material para que no pases frío (hasta calor pasamos!). Y sobre todo, se portaron muy bien porque en Rovaniemi pedimos si nos podían dejar sus botas para toda la estancia y no tuvieron ningún problema en hacerlo, nos hizo el viaje mucho más cómodo.
Un breve resumen de nuestro viaje:
8 de enero: llegada a Helsinki por la tarde y visita de la catedral luterana, y alrededores.
9 de enero: por la mañana visita al parque Sibelius, la iglesia de piedra (Iglesia de Temppeliaukio) y tren destino a Turku. En Turku merece la pena la catedral y el castillo, que parece poca cosa por fuera, pero por dentro es muy interesante.
10 de enero: ferry a Tallin, que no es Finlandia, pero es una ciudad medieval que nos encantó. Si hay tiempo, merece la pena. Nosotros fuimos con Eckero Line. Recomiendo contratar el buffet de cena en la vuelta al ferry.
11 de enero: por la mañana, visita a la catedral ortodoxa y luego ferry a Suommelinna. Contratamos la visita guiada, que es de una hora de duración y en inglés. Mereció la pena.
12 de enero: vuelo a Ivalo y autobús a Saariselka. Gracias a Julián que nos recomendó ir a Saariselka, pues nosotros pensábamos que al tener más o menos las mismas actividades que Rovaniemi no sería muy diferente. ¡Qué equivocados!. El pueblo nos encantó, todo blanco, nada de edificios, todo cabañitas y caminos nevados. Elegimos una cabaña con sauna privada como alojamiento, ¡todo un acierto!, y eso sí, hay que probarla al estilo finlandés, con salida a mojarse en la nieve.
13 de enero: Por la mañana estuvimos paseando tranquilamente por el pueblo y después subimos a probar la cuesta de trineos de Saariselka. Muy recomedable, las vistas son maravillosas, y es super divertido! Por la noche, excursión en moto de nieve para ver auroras boreales. No tuvimos suerte, pero la experiencia de montar en moto por esos paisajes es simplemente impresionante. El guía muy majo y paciente (nos tuvo que sacar la moto de nieve alguna que otra vez).
14 al 16 de enero : Autobús a Rovaniemi. Rovaniemi es ciudad, tiene alguna parte bonita como es la zona del río en la que está todo congelado y la plaza de Lordi, sobre todo cuando se es fan :). También subimos al Ounasvaara, que es un buen paseo para hacer, pero si se tiene tiempo.
En Rovaniemi, fuimos con el autobús número 8 a ver el pueblo de papá Noel, y la excursión en trineo de renos a granja de huskys. Fue precioso disfrutar del paisaje del día mientras vas con el reno, y el ratito en el trineo de Huskys muy divertido.
17 de enero: Excursión con el Sampo. La sensación de ver romper el hielo, que te expliquen el funcionamiento desde dentro del rompehielos (tuvimos suerte y había guía española) fue genial, pero sobre todo la experiencia de poder andar sobre el mar Báltico congelado y bañarse en él… pena que dure tan poco el baño, me hubiera quedado un buen rato más.
18 de enero: Tren noche a Tampere desde Rovaniemi (muy recomendables los trenes finlandeses). Visita a Tampere, es pequeña y se ve rápido. Y vuelta a Madrid, sabiendo que vamos a volver por estas tierras porque nos queda mucho por ver y hacer.