La amatista es una piedra preciosa. La formación de esta gema esta ligada a las elevadas temperaturas que en algún momento se dieron en nuestro planeta. Este mineral ya era conocido en el antiguo Egipto y en épocas pasadas llego a ser más valioso que el oro.
La mina de amatista que hay en Laponia se encuentra en el pueblo de Luosto, a unos 150 kilómetros de Rovaniemi, en la cima de la colina de Lampivaara, justo en el Parque Nacional de Pyhä-Luosto.
Esta mina de amatista parece ser que es la única en todo el Mundo que admite visitantes. Su explotación es totalmente manual y las personas que la visitan pueden experimentar con sus propias manos como se hace y tienen la oportunidad de encontrar su propia amatista. Es una buena manera de iniciarse en el alucinante mundo de las piedras preciosas.
Durante la visita, gracias a las precisas explicaciones del guía, se puede aprender como se formó este mineral, hace ya 2.000 millones de años, algo de geología y algunos detalles curiosos a través de la historia de la humanidad.
AMATISTAS EN VERANO Y EN INVIERNO
La mina de amatista esta abierta todo el año de lunes a sábado, excepto durante los meses de mayo y noviembre y los días 24 y 25 de diciembre.
Durante el verano, la visita empieza en el café Lampivaara (donde se puede comprar la entrada) que esta justo enfrente de unas escaleras de madera que facilitan la corta ascensión a la cima de la colina. Para llegar al café hay un pequeño paseo desde el aparcamiento de Ukkoluosto situado en la base de la colina. También se puede tomar un taxi desde el centro de Luosto, en la tienda de amatista.
En invierno, se puede llegar al café esquiando, en fatbike (bicicleta de ruedas gordas) o caminando con raquetas de nieve. Tambien se puede llegar a la mina contratando un safari de moto de nieve (prohibido para los privados), o bien en un tren-oruga que sale desde el aparcamiento de Ukkoluosto.
AMATISTAS PARA LOS NIÑOS
Visitar la mina para los niños es una experiencia muy emocionante, sobre todo en invierno. El viaje con el tren-oruga es toda una atracción y la inquietud y la ilusión que ponen mientras buscan su amatista, que seguimos encontrarán, es también la ilusión de los padres.
TODA UNA EXPERIENCIA
Los colores de verano son muy bonitos y intensos, pero a mi me gusta más el paisaje de invierno. Visitar la mina durante los meses de nieve es una experiencia genial. A poco que vamos ganando altura a bordo del tren-oruga, vemos como el paisaje va cambiando gracias a la cantidad de nieve y escarcha que se acumula en los arboles, transformándolos cual gigantes helados que observan pacientes el paso de las personas. Allá cada uno con su imaginación…
Una vez llegamos a la cima, si el día esta despejado, la panorámica es espectacular, y lo normal es ver a la gente disparando sus cámaras en todas direcciones ante la amable insistencia del guía para que entremos en una cabaña donde nos dará una pequeña charla informativa (y luego podremos seguir haciendo fotos).
Una vez acabada la introducción, y hacer fotos, nos dirigimos al «interior» de la mina, que de hecho esta en la superficie de la montaña pero protegida por un robusto cobertizo. Puntualizar, precisamente, que la mina es si es toda esa porción de la montaña y no tiene galerías ni nada parecido. Las amatistas se encuentran fácilmente rascando y hurgando en la superficie del terreno con una herramienta especifica.