Después de pasar la noche en las cabañas de Kakslauttanen y de tomar un desayuno buffet al más puro estilo finlandés (con tostadas con pepino e incluido en todas las opciones de alojamiento del complejo hotelero), arrancamos nuestro segundo día en Saariselkä con nuestra primera aventura: conducir motos de nieve, algo con no demasiada complicación pero que nunca antes habíamos hecho.
Lo primordial antes de comenzar fue vestirnos de forma apropiada. Sobre las numerosas capas (dependiendo de lo frioleros que seamos) de ropa que llevemos, es imprescindible ponernos el mono que nos proporcione la empresa con la que hemos contratado la actividad, unas botas gordas y un casco. Además te darán unas manoplas. Si aún así crees que puedes tener frío, siempre te puedes dejar tus guantes debajo. Para poder conducir una moto de nieve, además te pedirán que cuentes con un carnet de conducir, de moto o de coche, en regla.
Tras una iniciación previa al funcionamiento de la moto de nieve, comenzamos a adentrarnos por los bosques nevados de Saariselkä en fila india por seguridad y siempre teniendo en cuenta las señales que nos iban anunciando nuestros compañeros anteriores con las manos.
La ruta y la experiencia es completamente distinta si vamos por camino previamente marcado o por lago helado. En el segundo caso, vamos más relajados y disfrutando del paisaje (aunque nunca termina de darte impresión eso de que debajo de ti haya agua, por muy helada que esté) y en el segundo, los contrastes de vegetación y de velocidad son más fuertes. ¡Elige la excursión que mas vaya contigo!