Mi pareja y yo acabamos de volver de una escapada maravillosa de 5 días a Rovaniemi.
Lo preparamos por libre, y lo reservamos todo (avión, hotel y excursiones) en agosto, con lo que, con tanta antelación, nos salió bastante bien de precio.
En diciembre no hay aún suficiente hielo, con lo que ni el rompehielos Sampo ni los hoteles de hielo estaban todavía operativos.
El vuelo fue con Finnair, haciendo escala en Helsinki, y encontramos unos horarios estupendos. Con un trolley de cabina para llevar lo imprescindible, nos evitamos tener que facturar equipaje, así que todo fue mucho más cómodo.
Escogimos el hostal Rudolf, por ser lo más económico. La reserva la hicimos a través de un buscador que compara precios de varias webs, así que pudimos escoger la mejor oferta, mejor incluso que la tarifa que te ofrecía el propio hostal si contactabas con él directamente. El hostal está estupendamente, claro que no puedes esperar lo mismo que en un hotel, porque no es un hotel sino un hostal. La habitación era austera, tenía dos camitas, tv, armario, y un mini cuarto de baño con todo, excepto secador de pelo (llevaros uno porque salir a la calle con el pelo mojado y el frío que hace allí no es nada recomendable). El check-in hay que hacerlo en el hotel Santa Claus, que está a unos 5-10 minutos calle abajo. Es también allí donde si quieres, por 11 euros por cabeza, tienes desayuno, pero es mejor que desayunéis en alguna cafetería del centro, que os saldrá mejor de precio. En cuanto al resto de comidas, podéis escoger entre Kebabs, hamburguesas y pizza (lo más económico), o comida tradicional en restaurantes más turísticos y más caros. También podéis comprar algún tentempié en los supermercados, para cenar algo tipo sandwich en el hotel, o desayunar.
Esta es la ropa que yo llevé (un único «uniforme» para todos los días, había que ser prácticos; total, con el frío que hacía, tampoco sudabas ni ensuciabas la ropa; y además, podías lavarla un poco por la noche, que con la calefacción del hostal a la mañana siguiente ya estaba seca): Malla térmica, calcetines de lana, pantalón de ski, camiseta térmica interior de manga larga, camiseta térmica exterior de manga larga, polar, chaqueta de ski, braga al cuello para-vientos, gorro de lana con extensión hacia las orejas, manoplas de lana forradas con tejido térmico (las compré allí, son mejores las manoplas que los guantes de dedos, porque así alrededor de la mano se crea una capa de aire caliente), y botas especiales para nieve con mucha suela y forro térmico (yo llevé unas moon boots, que me han mantenido los pies calentitos a pesar de estar a -20 ºC; las podéis comprar en internet, en su página web, porque la verdad que al menos donde yo vivo, ya hace tiempo que son muy difíciles de encontrar). Definitivamente, las botas de agua, botas tipo HUGG, bambas y cualquier otra bota con poca suela y poco o ningún forro, no las recomendaría. No hay peor sensación que el dolor de unos dedos de los pies congelados, puede arruinarte el viaje. Además, si lleváis ropa oscura, no se notan las manchas y podéis repetir modelito todo el viaje, así vais ligeros de equipaje! Con todo este uniforme no pasé nada de frío.
Los días en diciembre son cortitos, empieza a amanecer a las 09:30 – 10:00 h, la máxima luz es entorno a las 11:30 h, y hacia las 16:00 h ya es absolutamente denoche. Estuvo casi siempre nublado, y el sol circula bajo, así que sólo lo vimos un día. De todos modos, aunque hay pocas horas de luz, los contrastes entre el cielo, el bosque nevado, los abetos… son espectaculares! Se pueden tomar fotografías maravillosas tanto de día como denoche, sobretodo si lleváis una cámara en la que pueda determinarse manualmente el tiempo de exposición; salen fotografías de cuento, preciosas!.
El 1er día llegamos a las 16:00 h a Rovaniemi. En el aeropuerto te recogen unos mini-buses amarillos (acuden al aeropuerto cada vez que aterriza un avión). Por 7 euros te llevan a la ciudad. Hacen paradas en casi todos los hoteles, así que puedes apearte en el tuyo (al hostel Rudol no llegan, pero sí al hotel Santa Claus, que es donde tienes que hacer el check-in). Comimos algo y dimos una vuelta de reconocimiento por la ciudad paseando a la orilla del río, con arbolitos iluminados que conferían al paisaje un aspecto mágico! Hay un par de calles principales con tiendas y centros comerciales, en cuya intersección está la plaza del pueblo, con un inmenso abeto iluminado en el centro. Cada comercio indica en la puerta su horario de apertura. Los horarios son menos laxos que en España, así que tenedlo en cuenta a la hora de planificar vuestras compras. El centro es bastante moderno, pero si callejeáis un poco, encontraréis calles con casitas de madera con sus lucecitas de Navidad y sus velas en la entrada; de postal! Yendo por la calle del hostal Rudolf en dirección al centro, si giráis a la derecha por la 2ª calle perpendicular, al poco os encontraréis una estampa idílica de casitas iluminadas, con un mini-café dentro super acogedor y tiendecitas de artesanía, absolutamente deliciosas (abren tarde y cierran pronto, creo recordar que a las 17:00h). La iglesia es preciosa, y tiene un fresco super original muy bonito. El cementerio que está al lado, donde están enterrados los caídos en la guerra y en la deportación a suecia, es también digno de ser visitado.
El 2º día desayunamos un riquísimo croissant de mantequilla y canela en la única cafetería del centro que abría a las 08:00 h (casi todo abre a las 10:00 h), y cogimos el bus Santa Express para ir al pueblo de Papá Noel (en vuestro hotel o en la oficina de turismo que está en la plaza os podrán dar mapas de la ciudad con las paradas del Santa Express). Cuesta 6 euros aprox. ida/vuelta. Hay uno cada hora, pero los horarios sólo los vi en el mostrador de información una vez llegamos al pueblo de Papá Noel, así que miradlos allí para planificar la vuelta a Rovaniemi.
Antes de llegar al pueblo de Santa Claus, está el Santa Park; son dos cosas diferentes. Algunos de los buses Santa Express paran en el Santa Park, aunque yo recomendaría empezar el día en el pueblo de Santa Claus, y una vez has acabado de verlo todo allí, caminar 2 Km a través del bosque nevado (hay un camino perfectamente señalizado e iluminado) hasta el Santa Park. El paseo es muy bonito, y se tarda 15-20 minutos a paso ligero (que es lo que te pide el cuerpo con el frío que hace) en recorrerlo.
En el pueblo de Santa Claus, que en Navidad está precioso todo nevado y adornado con luces, podéis cruzar la línea del círculo polar ártico. Hay muchas tiendas de recuerdos navideños y de marcas finlandesas. Hay restaurantes y cafeterías, un pabellón de hielo, renos, motos de nieve, la oficina de correos, Santa Claus en persona (no puedes fotografiarlo, sus elfos te toman la foto y si quieres puedes comprarla por 25 euros). Por 7 euros puedes hacer que Santa Claus te envíe una carta a tu casa. Al menos este año, la fecha límite para que la carta te llegara para Navidad, era el 15 de Diciembre, sino te llegaría después. Yo la estoy esperando, porque obviamente le dije que me enviara una, así que espero que me llegue, que ya estamos a 23 de Diciembre. También puedes enviar cualquier postal o carta que quieras pagando el sello solamente. Le llegará al destinatario con el timbre especial de la oficina de correos de Santa Claus. Con respecto a lo del sello del círculo polar ártico en el pasaporte, que he leído que alguien lo preguntaba en el blog, puedes hacerlo si quieres en el mostrador de información del pueblo de Santa Claus por 0.50 euros.
El Santa Park es una especie de «parque de atracciones». Cuesta 28 euros entrar, y tienes derecho a entrar dos días seguidos. La verdad que nosotros en una hora lo tuvimos todo visto. Es básicamente para niños. Hay una bar de hielo, una pastelería para hacer galletas de gengibre, otro Santa Claus con otra oficina de correos, un sitio donde puedes hacer tu propio elfo con un tronquito (si quieres puedes llevártelo o lo puedes dejar allí colgado, hay montones), una escuela de elfos, un «trineo» que te pasea por una sucesión de elfos autómatas en su fábrica de juguetes, un restaurante y un escenario donde de vez en cuando hacen actuaciones. En fin, puede obviarse la visita si uno quiere ahorrarse un dinerillo, pero al menos la entrada la visitaría porque es mágica!!!
El 2º día hicimos una excursión de todo el día con moto de nieve. En la agencia nos dieron un mono que tenías que ponerte encima de tu propia ropa, calcetines, botas, gorro, pasamontañas, manoplas, bufanda y casco. Puedes quedarte con todo este equipo si al día siguiente o más tarde el mismo día, tienes alguna excursión más contratada con la misma agencia. Luego lo tienes que devolver todo, evidentemente. Conducir una moto de nieve no es difícil, pero hay que hacer un poco de fuerza con el manillar (que por cierto, se calienta, y así no pasas frío en las manos). El paisaje, espectacular. Acabamos en un lago helado donde intentamos pescar (sin éxito) haciendo un agujero. En una hogera al resguardo de una cabaña, el guía nos preparó un guiso exquisito, y el salmón que él sí había conseguido pescar, y nos dió café y zumo calientes. Fue muy muy bonito.
El 3er día repetimos la experiencia de la moto de nieve, esta vez sobre el río helado de Rovaniemi, con lo que puedes correr más (pero ojo, abrigaos bien que con el viento hace un fríoooo), y después condujimos un trineo de huskies. Fue superdivertido. Por la tarde visitamos el Arktikum, un museo dedicado al círculo polar ártico. Entrar vale 12 euros. Hay una parte para niños, y otra para adultos. Es interesante. Aquellos días había además un mercadillo de artesanía muy bonito.
El cuarto día era sábado, y cogimos el autobús para ir a Ranua (a una hora al sur de Rovaniemi) para ver el zoo. No os recomendaría que fuérais a este zoo en autobús un sábado, ya que la única posibilidad de vuelta a Rovanimei es a las 17:20h (28 euros ida/vuelta). El zoo se ve en una mañana (hay que verlo con luz, no denoche), y luego os quedan un montón de horas sin poder hacer nada (Ranua está a 3 km del zoo, y es un pueblo muy pequeño con un par de cafeterías según nos dijeron, y nada más). Podéis ir con una excursión organizada, pero sale más caro. O también creo que los del propio zoo tienen un servicio de transporte que hay que reservar con antelación (creo que son 39 euros, no sé si sólo un viaje, o ida/vuelta). Nosotros de esto último nos enteramos tarde y ya no había sitio. Así que fuimos por la mañana temprano en autobús y llegamos allí a las 10:00 h. Visitamos el zoo (15 euros entrar), que es fantástico; está construido en medio del bosque, y tiene bastantes animales habituales de aquellas tierras. Los búhos, muy simpáticos! Después tuvimos la suerte de encontrarnos con otros turistas que querían volver a Rovaniemi en taxi (140 euros por trayecto), así que lo pudimos compartir y nos salió muchísimo mejor de precio. Al llegar a Rovaniemi, el cielo estaba absolutamente despejado, así que contratamos (por suerte había plazas libres) un safari nocturno en trineo de Reno. La Aurora Boreal no la vimos (a parte de cielo despejado, hay que tener suerte!), pero fue una experiencia absolutamente deliciosa, ya que había luna llena y el bosque estaba perfectamente iluminado. En una cabaña de cuento asamos salchichas al fuego, y el guía nos explicó todo acerca de los renos, lo que me pareció muy curioso e interesante.
El quinto día ya era el último. Aunque era Domingo, los comercios abrían a las 12:00, así que aún pudimos hacer un par de compras de una hora, y volver a desayunar el riquísimo croissant de mantequilla y canela en la cafetería del centro. Una hora antes de nuestro vuelo, el mini-bus amarillo pasó por delante del hotel Santa Claus (por el Hostal Rudolf no pasa), y por 6 euros nos llevó al aeropuerto (no sufráis, llegáis de sobra a coger el avión, aunque una ahora antes estéis todavía en la ciudad).
Y hasta aquí nuestro inolvidable viaje. Lo más importante, que os abriguéis bien, y que reservéis con antelación los safaris para aseguraros plaza. Vais a disfrutar como niños, especialmente si váis en época navideña. Os va a encantar!!!