Con cierta frecuencia recibo comentarios expresando como es de complicado reservar un billete de tren desde la página web de los trenes de Finlandia. Sinceramente jamás he tenido problema, pero cierto es que en según que apartados la información de la página invita a la confusión.
Aunque en modo influenciado por algunos comentarios negativos, me resignaba a creer que fuera tan complicado reservar un billete por internet y aprovechando un viaje que hice a Barcelona, decidí regresar desde Helsinki a Rovaniemi en tren. Para mi comprar el billete por internet fue fácil. Siguiendo los pasos indicados en la pagina web no tuve ningún problema.
Si bien disponía de una mínima información, y ya con el billete en mano, me plantee el viaje como el que nada sabe y se lanza a la aventura. Una vez llegado al aeropuerto de Helsinki, la idea era seguir simplemente las indicaciones sin preguntar y ver hacia donde me llevaban. El recorrido hacia la estación de tren que se encuentra en el aeropuerto esta bien indicado y se llega al andén sin pasar por ninguna taquilla donde comprar el billete hacia Helsinki. Una vez en el andén, un panel nos informa de la frecuencia de paso y del tiempo que se tarda para llegar a la estación central de Helsinki (30 minutos), sigo mirando y veo una pequeña maquina de auto-venta de billetes… -Aquí tengo que puntualizar que si en el momento de llegar al andén un tren hubiera estado a punto de partir, sin pensarlo hubiera subido al tren sin ver la pequeña maquina de auto-venta de billetes. Lo que desconozco es si el revisor me hubiera multado o tal vez hubiese podido comprarle el billete a él-. Esta maquina de auto-venta, igual que todas las que vi, solo admite el pago con tarjeta. El precio del billete hasta Helsinki depende de la hora. En mi caso pague 5,00 € pues llegué entre las 2:00 h. y las 4:30 h. Fuera de esta hora, el precio es de 2,90 €. Los billetes también se pueden comprar con una aplicación (HSL Mobile ticket).
Reserva de actividades en Helsinki
El actual edificio de la estación de tren de Helsinki es una maravilla del estilo Romántico Nacionalista que lleva funcionando desde el año 1919 (la estación se abrió en el año 1860). La estación esta en pleno centro de la ciudad, justo al lado donde paran numerosos autobuses incluidos los que van y vienen del aeropuerto.
Para viajar a Laponia, no es necesario llegar hasta Helsinki, si queremos podemos parar en la estación de Tikkurila (a unos 15 kilómetros de Helsinki) ya que todos los trenes que van hacia el Norte paran allí. Pero mi intención era partir desde la estación central y así poder seguir los pasos que en general hacen todas las personas que llegan en avión y continúan su viaje hacia el Norte con el tren.
En la estación hay maquinas de auto-venta de billetes y por supuesto una sala de venta de billetes. Esta sala esta abierta de 07:30 h. a 19:00 h. de lunes a viernes, de 10:00 h. a 17:00 h. durante el sábado y de 12:00 h. a 18:00 h. el domingo.
Aunque ya tenia el billete, sentí curiosidad por saber cuanto podía costar si lo compraba en la maquina y en la taquilla. La diferencia era considerable. Mientras en la maquina el precio era de 81 euros, en taquilla era de 80 euros cuando yo pague 35 euros al comprar el billete por internet con tres semanas de antelación.
Algo que me llamo la atención es que no hubo ningun anuncio de voz, así que hay que estar atento y dirigirse al andén unos minutos antes de la salida.
Los trenes son muy cómodos y disponen de diferentes tipos de butacas y compartimientos. Escogí el de trabajo que es un compartimiento cerrado para mayor tranquilidad. El tren disponía de restaurante, de un espacio de juegos para los niños, pequeños armarios para guardar las maletas y enchufe 220v. al lado de casa butaca.
Reserva de actividades en Helsinki
El viaje duró unas 12 horas debido a que sin saberlo, escogí la ruta que pasa por Iisalmi.
Aparte de trabajar un poco, el viaje lo pasé contemplando el paisaje, durmiendo y disfrutando de la comida del restaurante. Cierto que son muchas más horas que si viajamos en avión, pero seguro voy a repetir el viaje. Ya no solo por el ahorro en el precio sino porque a mí el avión me rompe.
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