Si en anteriores semanas eran los franceses los que estaban en el punto de mira debido a que se planteaba seriamente expulsar a los gitanos de sus calles, ahora parece que Finlandia podría haber seguido sus pasos si finalmente el país toma la decisión anunciada últimamente mediante la que pretende prohibir la práctica de la mendicidad en todos los lugares públicos de Finlandia.
Eso es lo que propuso la pasada semana la Ministra del Interior finlandesa, Anne Holmlund, y la polémica, en toda Finlandia y en el resto de Europa, Está servida.
Muchos han afirmado que esta medida no es más que una forma de despreciar los derechos humanos de un grupo altamente desfavorecido que, en el caso de Finlandia, está configurado en especial por miembros de la etnia gitana. Hay alrededor de 200 mendigos en toda Finlandia, y la mayor parte de ellos son gitanos de origen rumano.
Frank Johansson, el director de Amnistía Internacional en Finlandia, ha sido uno de los primeros en alzar la voz ante esta propuesta de ley que considera como gravemente discriminatoria.
Desde el Ministerio de Interior se defienden afirmando que en ningún caso esta medida debería ser tomada como un ataque directo a los mendigos finlandeses sino «al crimen organizado que se aprovecha de ellos».