Al Norte del Circulo Polar Ártico se encuentra el municipio de Salla. Aparte de ser un destino familiar y estupendo para realizar actividades relacionadas con las motos de nieve, renos y huskys, dispone de una estación de esquí en la colina de Sallatunturi apta para las personas que se inician y para los esquiadores y snowboarders expertos.
Uno de los mayores alicientes son las espectaculares vistas que hay desde su punto más alto donde, los días claros, también se puede ver Rusia.
Salla es una estación de esquí tranquila y familiar, no hay mucha gente en las pistas y el tiempo de espera para los remontes es tan corto que no merece la pena tenerlo en cuenta. Por estos motivos es una estación perfecta para que los principiantes puedan aprender sin mucho temor a chocarse con otros esquiadores.
La estación de esquí de Salla tiene 230 metros de desnivel desde su base; 15 pistas (de las cuales 11 están iluminadas durante las horas oscuras), 2 pistas para niños, 5 remontadores y 1 Snow Park de 1 kilómetro. El descenso más largo tiene 1.300 metros.
Para los aficionados al esquí de fondo, en Salla están marcados 160 kilómetros de los cuales 43 están iluminados y como es costumbre en Finlandia, las pistas de esquí de fondo son gratis. Los forfait de esquí alpino están fraccionados (igual que en todas las estaciones de esquí de Finlandia) en 1 bajada, 1 hora, 3 horas, solo tarde, 1 día y hasta 10 días o más.
Repartidos por las pistas se pueden encontrar bares donde relajarse y tomar algo, así como refugios y cobertizos con leña para hacer un fuego y, porque no, cocinarse unas salchichas.
ALOJAMIENTO A PIE DE PISTA
Salla es pequeño y desde cualquiera de los alojamientos que hay (cabañas, hoteles o apartamentos) llegaremos en pocos minutos a las pistas.
En Salla hay dos hoteles y un considerable numero de cabañas de las cuales la gran mayoría que rodean la estación de esquí se concentran en villas. También es posible alojarse en cabañas alejadas de la estación, es este caso es muy recomendable alquilar un coche.
Las cabañas son de estilos variados, tradicionales y modernas. Todas tienen sauna, chimenea y leña. Muchas cabañas tienen una cocina bien equipada pero también las hay con régimen de hotel.
ALIMENTARSE EN SALLA
Tan solo puntualizar que Salla es uno de esos rincones donde he podido disfrutar de platos caseros en un ambiente autentico y lleno de encanto. El hecho de comer productos locales bien cocinados siempre es un placer que despierta los sentidos.
Si quieres leer más: Salla, el pueblo en medio de la nada.