En nuestra imaginación, las saunas están siempre situadas en un paraje finlandés rodeado de árboles y con un lago justo al lado para que nada más salir del vapor de su interior nos podamos bañar y refrescarnos. Es evidente que las películas, la publicidad y las agencias de viajes nos hayan vendido esa ideal bastante bucólica de la sauna, pero la influencia de ésta es tan grande en Finlandia que la puedes encontrar prácticamente en cualquier casa.
Hay pocas cosas que relajen tanto después de un duro día de trabajo que una sesión de sauna, más aún si vives en uno de los países más fríos de Europa. Por eso no es de extrañar que su uso sea tan habitual que hasta podemos encontrar un gran número de saunas públicas en la ciudad de Helsinki. Intenta hacer un hueco en tu viaje para visitar alguna de ellas, ya que es puede ser tan o más representativo que cualquier monumento de la capital.
En la actualidad, debido a esa tendencia de contar con una sauna dentro de los propios domicilios, no encontramos tantas saunas públicas como podían existir en Helsinki en la década de los años 50. Aún así hoy te recomendamos dos ejemplos muy distintos pero combinables de saunas en la ciudad.
Una de las visitas obligatorias es The Kotiharju sauna, que se mantiene en el mismo emplazamiento (el distrito de Kallio) desde hace ya 80 años. Allí las saunas están separadas por hombres y mujeres y cuenta con un regulador de calor para aquellos que disfrutan sudando más de la cuenta. También ofrecen servicio de masajes para aquellos que necesiten relajarse aún más.
Si no somos capaces de concebir una sesión de sauna sin un buen baño, la opción ideal será acudir al camping de Rastila, que está situada frente al mar para aplacar rápidamente nuestro calor. Acaba de ser completamente renovada y también cuenta con separación para hombres y mujeres.